El propósito principal de las exposiciones que realizaremos en colaboración con ink and movement es facilitar la compresión de la evolución en las manifestaciones pictóricas denominadas Graffiti. Desde el tag (la máxima expresión del yo, que consiste en la autoafirmación del ego) y la naturaleza críptica de los códigos gramaticales y semánticos de las formas realizadas, hasta el significado alcanzado por dichas formas desde la diversidad pragmática y semiótica del autor.
El graffiti nace como expresión gráfica con la que el autor representa su alter ego en un intento por reafirmar su identidad frente a los grupos sociales de los barrios más degradados de las grandes ciudades occidentales, generando una terminología y un lenguaje icónico y textual autóctono y original que son de imprescindible conocimiento para la comprensión de las nuevas expresiones del arte contemporáneo.
El proyecto iam recoge sus bases en los dos fundamentos que caracterizan el graffiti y que lo diferencian del resto de manifestaciones artísticas urbanas. Por un lado la tinta, que simboliza el elemento de la actividad plástica, junto al movimiento como acción de dinamizar la obra, y por otro lado una interpretación, de manera simbólica, del propio nombre, que recoge el otro fundamento inherente del graffiti: la reafirmación del yo.
El propósito principal de Iam es facilitar la compresión de la evolución en las manifestaciones pictóricas denominadas Graffiti. Desde el tag (la máxima expresión del yo, que consiste en la autoafirmación del ego) y la naturaleza críptica de los códigos gramaticales y semánticos de las formas realizadas, hasta el significado alcanzado por dichas formas desde la diversidad pragmática y semiótica del autor.
Pasando de las acciones efímeras de la propia naturaleza del graffiti, a trabajar sobre soportes perdurables que permitan trasladarse, exponerse o almacenarse, algo hasta hace pocos años impensable en el graffiti convencional, el poder modificar la estructura que sirva de soporte para poder proporcionar a la obra nuevas variantes expresivas y formales y que por lo tanto merecerá un tratamiento diferente.
El graffiti nace como expresión gráfica de un amplio movimiento cultural en el que el individuo utiliza su nombre como herramienta creativa, a modo de arma con el que defender su identidad frente a los grupos sociales de los barrios más degradados de las grandes ciudades occidentales, donde se genera una terminología y un lenguaje icónico y textual autóctonos y originales que son de imprescindible conocimiento para la comprensión adecuada de las nuevas formas del arte contemporáneo que muy probablemente estén marcando las pautas de lo que será la producción artística del siglo XXI.
El proyecto Iam recoge sus bases en los dos fundamentos que caracterizan el graffiti y que lo diferencian del resto de manifestaciones artísticas urbanas. Por un lado la tinta que simboliza la herramienta de cualquier actividad plástica y el movimiento como acción de dinamizar la obra, y por otro lado una interpretación, de manera simbólica, del propio nombre, que recoge el otro fundamento inherente del graffiti: la reafirmación del “yo”.